Estilos de pensamiento.



El estilo de pensamiento es la forma de pensar, que desarrollamos a partir de nuestra relación con el mundo y con nosotros mismos. Estos estilos pueden ser adecuados o inadecuados.
Corrige las equivocaciones de algunos estilos de pensamiento que pueden ser la causa de algunos de tus problemas y de tu sufrimiento.





¿Los reconoces?

¿Te ayudan o te perjudican?



“El pensamiento es la semilla de la acción”. Ralph Waldo Emerson (Ensayista y poeta estadounidense).





Estilo de pensamiento

y actitud ante la vida.


Todos pensamos, pero nuestro estilo de pensamiento es diferente.


El estilo de pensamiento es nuestra forma de percibir, analizar, sacar conclusiones y relacionarnos con las diferentes situaciones que vivimos.

Si es equivocado, nuestro sufrimiento y problemas aumentan.
Es personal, aprendido y lo repetimos una y otra vez.


Nuestro pensamiento puede enfocarse hacia el lado positivo y optimista o hacia el negativo o pesimista.

La dirección que tomemos, determina nuestra actitud ante la vida.
Nuestros sentimientos, relaciones y conductas.


Determina la manera de:

  • Interpretar nuestro pasado.
  • Vivir y relacionarnos con nuestro presente.
  • Predecir nuestro futuro.


Un estilo de pensamiento basado en lo negativo es inadecuado porque:

  • Nos hace sufrir.
  • Nos impide ver las cosas tal como son.
  • Nos dificulta encontrar la solución a nuestros problemas.



Nuestro estilo de pensamiento es aprendido y por lo tanto, puede ser cambiado.

Algunos estilos de pensamiento se basan sólo en los aspectos negativos de nosotros, de los demás o de la vida.
Niegan una parte importante de la realidad.
Por eso nos perjudican y hacen sufrir.



Diferentes estilos de pensamiento.

Cada persona es diferente y por lo tanto puede tener un estilo de pensamiento diferente.

Los principales son:

  1. Extremista.
  2. Alarmista.
  3. Adivinador.
  4. Detallista.
  5. Egocéntrico.
  6. Exagerado.
  7. Modesto.
  8. Juzgador.
  9. Terco.
  10. Etiquetador.
  11. Justiciero.
  12. Vidente.
  13. Emotivo.
  14. Iluso.





¿Te puedes identificar con alguno de los siguientes estilos de pensamiento?



El extremista piensa y percibe su realidad, en términos de blanco y negro, todo o nada. No ve los puntos intermedios.

Usa frases como:
"Siempre hace lo mismo".
"Nunca va a cambiar".
"Todo está mal".


Este tipo de pensamiento es característico de personas rígidas e inflexibles.

Afecta nuestra autoestima, porque todo es un éxito o un fracaso, no vemos las cosas como errores más o menos importantes, que pueden ser corregidos y evitados.
Nos causa problemas con los demás por el mismo motivo y porque nuestras expectativas son inalcanzables.





El alarmista está convencido de que va a pasar lo peor en cualquier situación.

Hace comentarios como:
"Estoy tan nervioso que me voy a equivocar y voy a perder esta oportunidad".
"Tengo que ir al aeropuerto y ya se que me va a tocar un tráfico terrible y vamos a tardar muchísimo en checar".





El adivinador cree que sabe lo que piensan los demás.

Si espera una llamada y no la recibe, piensa: "Yo se que no tiene ningún interés en mí".
"No tiene caso hablar con él, porque ya se lo que me va a decir".





El detallista ignora el conjunto y se fija en un solo detalle.

Por ejemplo:
Tiene invitados a cenar.

La gente se queda varias horas platicando y disfrutando de la cena.
Al final ve que uno de los invitados bosteza y el detallista piensa:
"Estuvo todo muy mal. La gente se aburrió".





El egocéntrico asegura que la conducta y los sentimientos de los demás están causados por él.

No se siente seguro de su valor personal, por lo que usa las miradas, gestos y palabras de los demás, para comprobar la opinión que tienen de él y por lo tanto, analizarse y valorarse.

Dice cosas como:
"Se deprimió por mi culpa".
Si pasa junto a un grupo de gente y en ese momento se ríen, piensa: "Seguramente se están riendo de mí".






El exagerado está convencido que lo que sucede una vez, va a suceder siempre.

A partir de una sola situación, saca una conclusión general, ignorando cualquier dato que contradiga dicha conclusión.

Si viaja en barco y se marea, concluye que siempre se va a marear.
Si un amigo le niega un favor, no le vuelve a pedir nunca nada porque sabe que siempre se lo va a negar.






El modesto niega cualquier característica o conducta positiva en él y aumenta todo lo negativo.

Una autoestima baja es la base de este tipo de pensamiento.
Puede estar originada por experiencias dolorosas de rechazo o de crítica, por expectativas exageradas de nuestros padres o por lo que aprendimos durante la niñez.

Por ejemplo:
Ante un éxito, comenta: "Fue pura suerte, cualquiera podría haberlo hecho igual o mejor".
"Yo soy malo para estás cosas".






El juzgador decide, rígidamente, lo que está bien y lo que está mal y exige que todo y todos, incluyéndolo a él, actúen de acuerdo a sus reglas.

Las personas que van por el mundo diciendo como deben de ser las cosas, no aceptan la realidad.
Las cosas y las personas son como son, porque se han dado todos los requisitos previos para que se den.

Pueden no gustarnos, pero nuestras preferencias no cambian las circunstancias.

Aunque el juzgador puede tener razón de acuerdo a sus valores y deseos personales, no acepta que la realidad no depende de sus preferencias.

Este estilo de pensamiento hace que constantemente esté enojado.

Se expresa así:
"En el mundo no debería haber tanta pobreza".
"El no debería haberme contestado así".
"Yo debería ser más paciente".






El terco considera que siempre tiene la razón y no acepta la información que contradice su punto de vista.

Con frecuencia ni siquiera escucha a las personas que no están e acuerdo con él.
Esta actitud también esta relacionada con una baja autoestima y nuestra necesidad de probar que nosotros "estamos bien", que no somos tontos, incapaces, etc.

Se da en combinación con el exagerado y el calificador.






El etiquetador pone etiquetas y define a los demás y a sí mismo, basándose en una sola característica o en un solo hecho.

Si cometió un error dice: "Soy un tonto".
Si alguien le negó un favor: "Es un mal amigo".






El justiciero basa y califica muchas de sus conductas y de las conductas de los demás, de acuerdo a lo que él considera que es justo o injusto.

Este estilo de pensamiento, generalmente va unido al juzgador, ya que cree que la gente "debe" de actuar de acuerdo a lo que él cree, que es justo o que no lo es.






El vidente está seguro de saber lo que va a pasar en el futuro.

Sus comentarios son: "Se que me va a ir mal en la entrevista".
"Se que se va a enojar y no va a querer ir conmigo".






El emotivo califica la realidad y a sí mismo de acuerdo a sus sentimientos.

Si se siente feo, asegura que es feo.
Si se siente culpable, está convencido de que actuó mal.






El iluso espera que las cosas se arreglen solas. No actúa ante los problemas y espera que de alguna manera se solucionen.





¿Qué puedes hacer?

Estos estilos de pensamiento son formas equivocadas de percibir, analizar y relacionarnos con la realidad.
Todos, los hemos utilizado. Porque son parte de nuestra cultura.
Los hemos aprendido.

Pero nos perjudican.

Analiza los que utilizas con mayor frecuencia y modifícalos poco a poco.
Si son varios escoge uno a la vez.

Date tiempo y no te regañes cuando falles.
Estas aprendiendo.

Si te es difícil detectar si este tipo de pensamiento es parte de tu forma de ser, revisa tus emociones.
Las emociones están causadas o mantenidas por nuestros pensamientos.

¿Te estresas fácilmente o te dura mucho tiempo?
¿Te enojas o entristeces con facilidad?
¿Te sientes incómodo, culpable o preocupado con mayor frecuencia que otras personas?

Posiblemente tu manera de pensar está influyendo en tus sentimientos.

Te recomiendo el artículo sobre ¿Cómo modificar los pensamientos equivocados? 




Si tienes algún problema y necesitas terapia, consúltame.

Con gusto te puedo ayudar.

Lic. Silvia Russek.
Lic. en Psicología Clínica.
Especialidad en Terapia de Pareja.
Especialidad en Terapia Cognitiva.
Terapia por Internet. por videoconferencia.
Citas:
e-mail: [email protected]



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Recuerda:

El camino al éxito, está formado por información, acción y perseverancia.
Cada paso, por pequeño que sea, te acerca a la meta.

Tú puedes lograrlo.

Silvia Russek.




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