Preguntarse, cómo manejar mi enojo, es el primer paso para evitar que el coraje pueda empezar a controlarnos y a dañar nuestras relaciones y nuestra vida en general. El segundo, es adquirir la información necesaria y aplicarla.
El enojo puede ser muy destructivo.
Tú eliges la fuerza que le das.
“Aferrarse a la ira es como tomar un carbón ardiente con la intención de arrojárselo a alguien; es uno quién se quema”. Buda (Líder religioso de Oriente) |
Controla el enojo,
para que no te controle.
El enojo es una de más emociones más frecuentes en nuestra vida.
Pero también es una de las más desgastantes y es la causa de una gran parte de nuestros problemas, ya que:
Pero el coraje en sí mismo, no es malo.
Es una respuesta instintiva de nuestro organismo, que nos da la energía necesaria para defendernos cuando somos atacados físicamente o cuando nuestra vida está en peligro.
Nos puede servir para reconocer que algo nos está molestando y motivarnos a actuar.
El problema no es sentir coraje o rabia, cuando el sentimiento es momentáneo o está bien encausado y manejado.
EL verdadero problema surge cuando mantenemos ese sentimiento durante muchas horas, días, meses o años y cuando, gracias a él, respondemos desproporcionadamente.
Las causas del coraje pueden ser:
Podemos hablar de dos tipos de coraje:
El coraje puede ser utilizado de una manera adecuada y de una inadecuada.
Inadecuada:
Explotamos, sin medir las consecuencias.
El coraje nos controla y podemos lastimar emocional o físicamente a una persona.
Lo utilizamos para poder controlar a los demás.
Esto puede darse en personas con baja autoestima, que lo utilizan para sentirse fuertes y poderosas.
Lo reprimimos, porque pensamos que es algo negativo.
Esta actitud abarca desde negarlo, decir que no estamos enojados, hasta dejar de sentirlo, aparentemente.
Adecuada:
Dado que cada persona es diferente, cada uno de nosotros puede manejar adecuadamente el coraje, de una manera distinta.
Algunos, simplemente con reconocer y expresar que están enojados, se sienten mucho mejor y el coraje disminuye, permitiéndoles resolver la causa de su malestar.
Otros necesitan descargar la energía físicamente, con actividades como correr, encerrarse en un cuarto y gritar, golpear un cojín, etc.
Esto es adecuado siempre y cuando tus acciones no te afecten de alguna manera o afecten a los demás y que no hagas cosas de las que luego te arrepientas.
¿Qué es lo que dispara el coraje?
El enojo tiene que ver con dos aspectos:
Nuestra percepción y pensamientos son los elementos que disparan y mantienen el coraje.
Por ejemplo:
Mi ex-pareja me grita.
Yo lo percibo como agresión y me enojo, porque pienso:
"No debería de gritarme (debería comportarse como yo quiero que se comporte)".
"Se cree más que yo"(mi autoestima se siente amenazada).
"Todo lo hace a propósito para hacerme sentir mal" (y no debería hacerlo).
Etc.
Estos pensamientos me generan más coraje y la rabia se va a mantener mientras los tenga.
Si dentro de 5 días, estoy tranquila viendo televisión y me acuerdo y vuelvo a tener ese tipo de pensamientos, me vuelvo a enojar, aunque no esté mi ex-pareja presente.
Lo malo es que así como pueden ser 5 días, pueden ser 5 o 50 años.
Cada vez que yo tenga este tipo de pensamientos o similares, vuelvo a sentir el coraje con la misma intensidad o mayor que cuando fue la discusión.
(También podría no haberle hecho caso, percibirlo como una conducta que no tiene importancia para mí y no enojarme.)
(O pensar: "Pobre, sólo gritando puede sentirse mejor, lástima" y tampoco me enojo).
Lo más probable es que, si me enojo, le grite o insulte y mi pareja reaccione con pensamientos parecidos a los que causaron mi enojo, formando un círculo vicioso en donde el coraje de uno aumenta el del otro, indefinidamente.
Cuando nos estamos divorciando, todo el coraje que sentimos y que puede provocar un fuerte deseo de desquitarnos o vengarnos, tiende a mostrarse en la negociación de los aspectos económicos y relacionados con los niños.
¿El resultado?
Los trámites se alargan, nosotros nos desgastamos física y emocionalmente y nuestros hijos sufren.
¿Qué puedes hacer?
Describe las situaciones en las que te enojas y responde a las siguientes preguntas, por escrito:
¿Por qué me enoje?
¿Por qué creo que eso pasó?
¿Qué hizo la otra persona?
¿Por qué creo que lo hizo?
¿Por qué creo que lo hizo para molestarme?
¿Qué pienso de esa persona?
¿Qué pienso de mí?
Escribe todo lo que se te ocurra, sin analizarlo.
Si crees que no pensaste nada, escribe qué crees que pensaría cualquier persona que se encontrara en tú lugar.
Muy probablemente esos son tus pensamientos.
Una vez que hayas terminado, revisa cada pensamiento y pregúntate:
Si pienso así ¿cómo me siento?
Imprime los artículos sobre estilos de pensamiento y cómo cambiar los pensamientos equivocados para que analices y trabajes con cada uno de los pensamientos que te generan coraje.
Poco a poco vas a poder identificar el tipo de pensamiento que te hace enojar o que te causa sufrimiento y vas a poder cambiarlo o eliminarlo.
Date el tiempo que necesitas, para dominar esta técnica.
Recuerda que cada persona es diferente.
Pero recuerda también, que sólo aprendemos algo, cuando lo practicamos todas las veces que sea necesario.
Te recomiendo los siguientes artículos:
Causas y consecuencias del enojo.
Los mitos del coraje.
La expresión del enojo.
El coraje y sus manifestaciones.
La agresión y sus manifestaciones.
¿Qué es el resentimiento?
Cómo reconocer nuestros sentimientos.
Cómo eliminar el resentimiento.
Tips para manejar el enojo.
¿Para que sirven las emociones "negativas"?
Lic. Silvia Russek.
Lic. en Psicología Clínica.
Especialidad en Terapia de Pareja.
Especialidad en Terapia Cognitiva.
Terapia por Internet. por videoconferencia.
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