Aprende a vencer la envidia que te causa tanto malestar, inseguridad, tristeza y frustración y que te impide, enfocarte en buscar el éxito que te mereces.
¿La envidia, te hace sentir mal?
No lo permitas.
La envidia es el arte de contar las bendiciones del otro en lugar de las propias.-Harold Coffin. (Escritor americano). |
La importancia de
vencer la envidia.
¿Alguna vez has envidiado a alguien?
El ser envidioso no te hace una mala persona. Sólo indica que viviste y aprendiste a desarrollar un sentimiento negativo y equivocado que te hace sufrir, pero que puedes modificar. Sólo indica, que necesitas vencer la envidia.
Seguramente sí, porque casi todas las personas lo han hecho.
Sin embargo, lo importante en este caso es qué tan frecuentemente lo haces y qué tan consciente estás de ello, ya que, si lo reconoces y aceptas, puedes disminuir o eliminar ese sentimiento y así, descartar de tu vida, las consecuencias negativas que la envidia provoca.
¿Qué es la envidia?
Si la has sentido, sabes que es un sentimiento negativo, compuesto del anhelo de tener lo que otra persona tiene, enojo y frustración por no tenerlo y el deseo de que esa persona lo pierda, ya sea que se trate de un objeto, relación, característica, puesto de trabajo o de cualquier cosa.
En realidad, se ha comprobado que, más que envidiar lo que alguien tiene, envidiamos su capacidad para obtenerlo. Ante esta situación, generalmente reaccionamos criticando a la persona que envidiamos,
¿Existe la envidia positiva?
Sí, en cuanto a desear tener algo que alguien más posee, pero sin los sentimientos y pensamientos negativos que implican un daño para esa persona. En este sentido, es importante no confundir admiración con envidia.
La envidia surge cuando, si tenemos una baja autoestima y nos comparamos constantemente con los demás, concluimos que están o son mejores que nosotros. Puede ser, también, el resultado de una ambición exagerada, unida a expectativas inalcanzable.
Entre las principales causas encontramos:
Haber vivido en un medio familiar, sobre todo en la infancia y adolescencia temprana, en donde constantemente te comparaban con personas que la gente suponía o decía que eran mejores que tú.
No te enseñaron a manejar y comprender los celos infantiles que son normales durante la niñez.
No haber sido valorado y reforzado por tus conductas y actitudes.
Haber crecido o vivir bajo demandas excesivas, perfeccionistas e inalcanzables y haberlas hecho propias al crecer.
No conocerte a ti mismo y, por lo tanto, no reconocer tus cualidades y aspectos positivos.
Falta de amor y atención, sobre todo en la niñez y adolescencia.
No saber perdonarte por tus fallas.
Por crecer en un ambiente en donde tenías o tienes mucho contacto con personas envidiosas y es lo que has aprendido.
¿Cuáles son las consecuencias?
Como consecuencia de ser envidiosos, tendemos a ser amargados y a estar constantemente descontentos e incluso, infelices. Nuestra autoestima disminuye, aún más, si la gente percibe nuestros sentimientos o nuestras críticas constantes, pueden alejarse de nosotros y vivimos tan pendiente de la gente, que perdemos el tiempo y la energía que podríamos aprovechar para mejorar nuestra vida y/o lograr nuestras metas.
Con frecuencia, tratamos de impedir, de manera encubierta, que otras personas obtengan aquello que desean, lo que nos puede generar grandes problemas.
Aun cuando logramos algunas cosas, no las disfrutamos porque siempre nos comparamos con quienes consideramos que están mejor.
Acabamos sintiéndonos víctimas y tomando una actitud pasiva ante la vida y molesta para la gente a nuestro alrededor. Por eso es determinante, aprender a vencer la envidia.
¿Qué puedes hacer?
No te sientas mal, al reconocer que eres envidioso. Acepta que tienes un problema, como cualquier ser humano y trabaja en él, para solucionarlo.
Lo más importante, es aprender a no compararte. Date cuenta de que cada persona es única, ya que tiene diferentes características y distintas experiencias y aprendizajes que hacen que sus valores, creencias, sentimientos, pensamientos y actitudes no sean iguales a los tuyos.
Aun hermanos gemelos, muestran comportamientos propios de cada uno. Por lo tanto, compararnos con otra persona es como comparar una manzana con una coliflor. Ambas son alimentos que nacen de la tierra, pero no puedes decir cuál es mejor, simplemente darías una opinión subjetiva.
Trabaja para fortalecer tu autoestima.
Si eres envidioso, analiza que situaciones, sentimientos y pensamientos están detrás de la envidia y trabaja en ellos. Lo importante es trabajar en las causas, no en el síntoma.
Aprende a valorar y apreciar los aspectos positivos y el éxito de otras personas. Piensa que el hecho de que ellos tengan o no, no cambia en nada ni tu vida ni tu valor como persona.
Desarrolla la capacidad de perdonar tus errores y limitaciones y a ser agradecido por lo que sí tienes.
Reconoce y acepta que hay personas que pueden tener o saber más que tú y eso no las hace seres humanos más valiosos ni les garantiza que van a ser más felices.
Pide ayuda si la necesitas.
Psic. Silvia Russek
Lic. En Psicología Clínica.
Especialidad en Terapia de Pareja.
Especialidad en Terapia Cognitivo Conductual.
Terapia por Internet, por videoconferencia.
Citas:
e-mail: [email protected]m
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