Aprende a sanar las heridas del pasado, para poder disfrutar de una vida plena y poder seguir hacia adelante, buscando y logrando nuevas relaciones, metas, sueños y deseos.
¿Las heridas del pasado te hacen sufrir?
No lo permitas. Aprende a sanarlas.
"Convierte esa herida en el lugar por donde pueda pasar luz que te hará sonreír de nuevo". (Autor desconocido). |
Nuestra actitud ante nuestras heridas.
No importa el tipo de vida que hayamos tenido, todos hemos vivido alguna experiencia dolorosa en algún momento de nuestra vida y, con frecuencia, independientemente del tiempo que haya transcurrido, el dolor puede estar presente.
Seguramente la herida podría haber cicatrizado hace ya mucho tiempo, pero si no se ha hecho lo necesario para sanarla, mientras siga abierta, vamos a seguir sufriendo.
¿Qué es lo que normalmente hacemos, ante dichas heridas?
Podemos tomar varias posturas, como por ejemplo:
1.- Creer que lo que sucedió nos dejó marcados, por lo que ya no podemos hacer nada para sentirnos mejor o ser diferentes.
Pensar así es un error, porque siempre podemos sanar nuestras heridas y cambiar. Pero necesitamos estar convencidos de esto y estar dispuestos a hacer el esfuerzo que se requiere para lograrlo.
2.- Culpar a los demás y pensar que sólo si ellos reconocen el daño que nos causaron y nos piden perdón, vamos a poder olvidar.
El problema es que, con esta actitud, les estamos dando el poder y el control a ellos, ya que establecemos que nuestro bienestar o malestar depende de lo que quieran o no, hacer.
Cuando tomamos esta actitud y quienes nos lastimaron no desean pedirnos perdón, están lejos o muertos o si somos nosotros los que no nos animamos a enfrentarnos a ellos, vamos a cargar con el dolor toda la vida y lo peor es que, con frecuencia, ellos ni se enteran o acuerdan y probablemente ni siquiera les importa cómo nos sentimos. De hecho, incluso puede darles gusto saber que dependemos emocionalmente de ellos.
3.- No hacer nada, pensando que el tiempo cura todas las heridas, lo que no es cierto.
4.- Reconocerlas, aceptarlas y trabajar en ellas, para sanarlas.
¿Por qué es tan importante sanar
las heridas del pasado?
Cuando nos aferramos al pasado, revivimos el dolor una y otra vez y con frecuencia, no le vemos salida. De hecho, estamos tan acostumbrados a él, que nos es difícil soltarlo, lo vivimos como una parte de nosotros
En realidad, influye en todo lo que hacemos, ya que hace que veamos la vida de manera gris y esto influye, obviamente, en nuestras decisiones, en nuestra capacidad para concentrarnos, en nuestra conducta y en nuestra forma de vivir.
Puede suceder que no recordemos realmente bien lo que sucedió, pero está en nuestro inconsciente y para superarlo, debemos hacerlas conscientes.
Es importante estar conscientes de que el dolor es parte de la vida, pero podemos aprender a manejarlo, tolerarlo y vivirlo, con mayor facilidad. No siempre podemos evitar los momentos dolorosos que la vida nos presenta e incluso, el trabajar para sanar una herida puede revivir el dolor que inicialmente sentimos, pero, además de que esto es indispensable para sanar, aprendemos, nos fortalecemos y crecemos con dichas experiencias.
Las heridas del pasado pueden estar provocadas por 2 situaciones:
1) Alguien que nos lastimó.
2) Algo doloroso que nos sucedió, relacionado con situaciones en donde no teníamos ningún control, como por ejemplo, la muerte de alguien, una enfermedad crónica, etc. En estos casos debemos aprender a soltar el pasado y a vivir el presente, pero después de vivir el proceso de duelo.
Recuerda siempre que, aunque en ocasiones puede ser difícil, cada día podemos elegir cómo queremos vivir y cómo queremos sentirnos.
¿Qué podemos hacer?
Acepta lo que sucedió, por muy doloroso que sea, pero únicamente como un punto de partida para cambiar tu vida y no para enfocarte en lo que sucedió y en lo que los demás deberían o no, haber hecho.
Recuerda que el pasado nunca puede ser cambiado y vivir el presente con nuestros pensamientos enfocados en el ayer, es pagar un precio demasiado caro, ya que, no sólo revivimos todas las emociones negativas asociadas a él, sino que dejamos de vivir todas las horas que perdemos inútilmente viendo hacia atrás. Debemos ver hacia atrás, solo para trabajar en él y perdonar.
Ten en cuenta que hay tres maneras de dejar atrás el pasado: Dejar de pensar en él, cambiar los aspectos negativos del presente, que resultaron de dicho pasado (cuando estos se pueden cambiar) y/o percibirlos y evaluarlos de una manera diferente, cuando no se pueden modificar o dejar atrás.
Aprende a perdonar, estando consciente de que perdonar es mucho más que, simplemente decir “te perdono”. Perdonar es un proceso que debemos llevar a cabo, no por la otra persona, sino por nuestro propio bienestar. Debemos hacerlo, aunque la otra persona ya esté muerta o no forme parte de nuestra vida y aun si nosotros ya no queremos volver a tener ningún trato con ella.
Dentro del perdonar, está perdonarte a ti. Seguramente al pensar en lo que sucedió, en lo que sucede o en cómo eres actualmente, como resultado de lo mismo, tienes algunas emociones negativas como el coraje, resentimiento, etc., ya sea por haberlo permitido, por ser como eras, por no solucionarlo actualmente, o por cualquier otro motivo. Esas emociones deben de ser eliminadas, porque son inadecuadas y la única manera de hacerlo, es perdonarte, llevando a cabo todo el proceso del perdón.
Es importante que estés consciente, de que lo que más tratamos de enterrar y mantener fuera de nuestra consciencia, más fuerza adquiere, por lo tanto, la única manera de sanar nuestras heridas es, aunque sea doloroso, “abrirlas”, verlas, limpiarlas, expresar adecuadamente todas las emociones acumuladas y trabajar sobre las creencias equivocadas, que surgieron de esa situación y que nos están limitando.
Repítete, constantemente, tratando de creer en lo que te dices, que ya eres la persona débil o vulnerable que fuiste cuando te lastimaron o abandonaron. Que hoy eres más fuerte, (aunque no siempre puedas darte cuenta de ello y tengas que trabajar para reconocerlo) y en estos momentos tienes y puedes desarrollar más herramientas, por lo que, puedes tener una vida mucho mejor y que vas a hacer lo necesario para lograrlo.
Cambia los pensamientos equivocados que te impiden dejar el pasado atrás y vivir un mejor presente, como por ejemplo: “Yo no puedo cambiar”, “Hay cosas que te determinan y así se quedan para toda la vida”, “Infancia es destino”, “El dolor que siento no depende de mí, depende de otras personas o situaciones y ante ellas yo no puedo hacer nada”, etc. Todas estas son creencias erróneas, que pueden ser analizadas y modificadas o descartadas definitivamente.
Si lo que te sucedió te está afectando mucho y tú solo no puedes manejarlo, busca la ayuda de un psicólogo. No sufras innecesariamente.
Psic. Silvia Russek
Lic. En Psicología Clínica.
Especialidad en Terapia de Pareja.
Especialidad en Terapia Cognitivo Conductual.
Terapia por Internet, por videoconferencia.
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e-mail: [email protected]
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