¿Qué puedes hacer?
Empieza tu día sonriéndote al espejo y sonríele a toda la
gente que puedas, independientemente de que la conozcas o no.
Acepta que se pueden disfrutar las cosas y los detalles
pequeños, así como los breves momentos que conforman tu vida. No tenemos que
esperar a vivir grandes eventos para poder gozarlos.
Busca estar en contacto con personas o actividades que te
hagan reír o sonreír. Aléjate de las personas negativas y busca a aquellas que
son optimistas e interesantes y que te enriquecen.
Reconoce las maravillas del mundo que te rodea. Busca y
admira la creatividad del universo y la gran diversidad de todo lo que existe y
deja que tus sentidos lo perciban libremente y lo puedan gozar.
Aprende cosas nuevas y ten experiencias que nunca has
vivido, pero hazlo con la mente abierta y sin miedo ni actitud crítica.
Haz ejercicio, ya que éste libera endorfinas que producen
sensaciones placenteras.
Descubre qué es lo que realmente te gusta hacer a ti y
hazlo.
Haz una lista de todas las actividades que realizas y marca
aquellas que tienes que seguir realizando porque son parte de tus
responsabilidades y obligaciones y no puedes abandonarlas. Revisa las demás y
elimina aquellas que te producen malestar o tensión y no son indispensables en
tu vida.
No te pongas expectativas demasiado elevadas, no te
desanimes si no ves resultados de inmediato y sobre todo, no te des por vencido,
independientemente de la situación que estés viviendo.
Desarrollar una actitud
positiva, enfocada en disfrutar de lo que tenemos y de la vida, en general,
requiere de tiempo y práctica, sobre todo en los momentos difíciles.
Ten siempre un pasatiempo que te de placer. Si en estos
momentos no lo tienes, búscalo, ya sea probando con nuevas actividades o
retomando algunas de las que realizaste en otra época de tu vida.
Evita que tu vida se vuelva rutinaria. Si tienes que hacer
siempre las mismas actividades, busca hacerlas de una manera diferente.
Desarrolla tu creatividad para darle la mayor variedad posible. Siempre se
puede lograr un cambio o agregar algo nuevo o distinto.
No le tengas miedo al fracaso, velo como una manera de
aprender y corregir tus errores, para poder alcanzar las metas que deseas. No
te juzgues ni critiques, analiza tus conductas y corrígelas si están
equivocadas.
No te enfoques en lo que te falta, hazlo en lo que posees. Aprende
a agradecer todo lo positivo que sí tienes, independientemente de si lo
consideras importante o no. La gratitud es una de las principales
características que debemos aprender y llevar a cabo todos los días.
Desarrolla una actitud de apertura al cambio. Si le tienes
miedo, trabaja en ese aspecto, para vencerlo, ya que el cambio puede darle
mucha variedad y, por lo tanto, interés a nuestra vida.
Aprende a expresar, controlar y eliminar el estrés y las
emociones negativas que son parte natural de la vida de cualquier persona.
Haz que la música sea parte de tu vida diaria. Escúchala,
siempre que puedas, canta en voz alta o en tu mente y si puedes o lo deseas,
aprende a tocar un instrumento.
Aprende a perdonar. El rencor sólo te daña a ti y no le
hace nada a la persona con la que estás enojado.
No te preocupes por lo que crees que los demás piensan de
ti. En primer lugar, no eres adivino, por lo que no puedes saber lo que están
pensando y, en segundo, aun si es algo malo, no es más que su opinión
subjetiva, no es una verdad absoluta, es un conjunto de palabras que sólo tiene
valor, si tú se lo das.
Aprende a soltar. Deja ir los malos recuerdos, las
experiencias dolorosas y aléjate emocionalmente de las personas que te han
dañado.
Mantente activo y ten, siempre, algún propósito y algunas
metas específicas que desees lograr y que te mantenga motivado.
Levántate todos los días pensando: “yo puedo”.
Aprende a aceptarte y a amarte.