Cómo vencer el estrés en el trabajo.
(Primera parte:
El profesionista, dueño de un negocio y alto ejecutivo).




Disminuye el estrés en el trabajo e impide que repercuta en tu productividad, salud y en tu vida privada.




¿Estás agobiado?

Tú tienes la solución.





"Algunas personas sueñan con el éxito... mientras otras se despiertan y trabajan para lograrlo." (Anónimo)





El estrés en el profesionista,
el dueño de un negocio o el alto ejecutivo.



Si eres dueño de tu negocio u ocupas un puesto con libertad de decisión y acción, tu atención debe enfocarse en dos direcciones:

  • Tu propio estrés.
  • El estrés de tus empleados.

Este último aspecto es importante, porque si ellos están estresados su productividad disminuye.

En cuanto a ti, sí bien tienes el control y mucha libertad, tienes una gran responsabilidad y cargas con todos los problemas que, con frecuencia, te acompañan a tu casa.
Te agobian, pero no siempre puedes dejarlos atrás.

Aprende a vivir el momento presente, para vivir y resolver los problemas en el momento adecuado, pero dejarlos en la oficina, cuando no puedes hacer nada al respecto.

El artículo: estrés y preocupaciones, te puede ayudar a manejarlas.

Recuerda que no puedes ser experto en todo.
Si necesitas consultar con un asesor, hazlo.

Buscar ayuda no significa falta de conocimiento, significa madurez y responsabilidad.
Pero busca a la persona que tenga los conocimientos profesionales que requieres.

Su costo puede significar, a la larga, mayores ganancias.






En cuanto a tus empleados, recuerda que su bienestar o malestar, repercute directamente en su trabajo y por lo tanto en tu negocio.

Promover un clima de excesiva competencia, puede fomentar que boicoteen el trabajo de los demás.
Un empleado resentido por la manera en que es tratado, nunca es muy productivo.

Cuando una persona se siente tomada en cuenta, respetada e importante, se compromete con mayor facilidad y está más motivada.

Analiza los diferentes aspectos que encontrarás a continuación, para mejorar aquellos que consideres que lo requieren.




¿Qué puedes hacer?

Recuerda que cada persona enfrenta los problemas de diferente manera y cada una de las situaciones presentes, va a requerir una solución distinta:

  1. Problemas de relación con otras personas (patrones, empleados, compañeros de trabajo, clientes, proveedores, etc.).
  2. Problemas de la organización. 
  3. Demandas propias del tipo de trabajo.  
  4. Problemas ambientales. 
  5. Características personales. 
  6. Estresores económicos. 





Problemas de relación.

 

Tu estrés:

Analiza tu relación con tus empleados, proveedores y la gente con la que tienes trato constante.

Hazlo tomando en cuenta cómo te sientes cuando estás con ellos y su conducta ante ti.

Si con frecuencia te sientes molesto, irritado, angustiado, etc., después de hablar con ellos, algo está sucediendo.

No busques culpables o justificaciones, enfócate en la solución.

Una relación basada en promover miedo, en la falta de respeto o en ser un tirano, puede darnos la impresión equivocada de que favorecer el trabajo de nuestros empleados.

En realidad, les resta productividad y siempre van a buscar la forma de desquitarse de manera encubierta.

Fortalece las relaciones dentro de la empresa o trabajo.

Recuerda que una estructura participativa proporciona mayores beneficios y que el apoyo social disminuye, tanto la vulnerabilidad al estrés, como sus efectos negativos.

Mantén un equilibrio entre límites, confianza y cercanía.

Busca que la gente tenga la opción de hablar contigo o con la persona indicada, siempre que sea posible.

Si tú no tratas directamente con tus empleados, checa si la persona indicada les muestra el respeto y la apertura necesaria.

Si tienes problemas por tu estilo de liderazgo, demasiado rígido y autoritario o por falta de autoridad, trabaja sobre ello.

El cambio va a beneficiar, no sólo tu trabajo, sino tu vida en general.

 

 



El estrés en tus empleados:

Fomenta un clima de cooperación.

Trátalos con respeto y si es posible, interésate por ciertos aspectos de su vida personal.

Recuerda, que no pueden actuar como tú, porque son diferentes y han tenido una educación y formación distinta.

Si crees que pueden aprender, enséñales.

Si no, quizás es el momento de cambiarlos de puesto o de buscar otra persona, pero no los humilles.

Promueve actividades de participación social o deportiva, aunque sea muy de vez en cuando.

Fomenta el trabajo de equipo.

Coloca carteles con frases cortas sobre los beneficios de la amabilidad o de sencillas reglas de comunicación y cambia dichos carteles con frecuencia.




Problemas de organización.

 

Tu estrés:

¿Tienes claras tus metas y tu manera de encaminarte a ellas?

Las bases que estableciste en otros momentos, ¿las has adaptado a estos tiempos, a tu forma de ser en la actualidad y a tus necesidades y expectativas presentes?

Revisa la estructura y estilo de funcionamiento de tu negocio o empresa y de acuerdo a los resultados que estás obteniendo o que has dejando de obtener, haz los ajustes necesarios.

Pero hazlo, tomando en cuenta la situación en estos momentos.

No de acuerdo a otros tiempos, que fueron mejores o peores.

Favorece la autonomía de la gente, permitiendo que los trabajadores tomen parte en las decisiones relacionadas con sus puestos.

Maneja programas de consecuencias positivas y negativas.

Proporciónales las herramientas y la capacitación laboral y personal necesarias, para mejorar su trabajo.

No es un gasto, es una inversión.

Puedes hacerlo poco a poco.

Estos elementos, no sólo pueden disminuir el estrés en el trabajo, sino que pueden prevenirlo.





El estrés en tus empleados:

Proporciónale a tus empleados, la retroalimentación, información clara respecto a tareas, responsabilidades, obligaciones, roles y derechos y la ayuda que necesite.

Hazlo de manera clara y descriptiva.

No des por hecho que ellos saben lo que tú quieres.

Una misma palabra, puede tener diferentes significados para cada persona.

Reconoce los logros de tus empleados y alábaselos.

Proporciónales los medios para que expresen sus quejas y sugerencias y tómalas en cuenta.

Revisa el estilo de liderazgo que predomina en tu negocio y si es muy rígido, agresivo o intolerante, modifícalo.

Recuerda que la gente que se siente respetada y tomada en cuenta trabaja mejor.

Promueve la tolerancia y la justicia.

Permíteles tomar parte en las decisiones directamente relacionadas con su trabajo.

Revisa si tienen claramente definidos sus roles y su posición en relación a la jerarquía de la empresa.

Recuerda que cada persona tiene un límite en cuanto a lo que puede dar.

Si un empleado no cumple, averigua la causa.

Si está en un puesto que lo supera, la responsabilidad es tuya o de su supervisor, por tenerlo allí.

 

 



Demandas propias del tipo de trabajo. 

Tu estrés:

¿Te gusta lo que haces?
La satisfacción es uno de los mejores atenuantes contra el estrés.

¿Qué significa ese trabajo para ti?
Con frecuencia tomar una actitud diferente, puede hacer toda la diferencia.

Si tu trabajo es peligroso, toma todas las precauciones posibles, pero procura actuar sin miedo.
Si tu miedo es excesivo, quizás es momento de cambiar de trabajo o profesión.

Sí es muy desgastante, mantén tu salud y bienestar personal en su mejor nivel.
Date pequeños espacios para descansar, relajarte o hacer ejercicios de respiración.

Haz ejercicio y aliméntate adecuadamente. 




El estrés en tus empleados:

Analiza el tipo de trabajo de cada uno de tus empleados o permite que alguien lo haga y haz los ajustes que sea necesario, para aumentar el grado de seguridad y bienestar, hasta donde te sea posible.

Revisa sus obligaciones y responsabilidades y lleva a cabo los ajustes necesarios.




Problemas ambientales. 

Tu estrés:

Revisa cuidadosamente el medio ambiente de tu trabajo, para ver si es necesario hacer modificaciones.

Cosas aparentemente poco importantes, como el color de las paredes o una planta hacen una gran diferencia, aunque aparentemente tú no lo detectes.

Algunos cambios requieren mucho dinero, pero otros no y valen la pena por la repercusión que tienen en la disminución del estrés corporal.




El estrés en tus empleados:

Procura crear un ambiente limpio y promueve que lo cuiden y mantengan así.

Si necesitan tapones o mascarillas, proporciónaselos.
Revisa la iluminación y sus herramientas de trabajo.

Elimina, disminuye o protégelos de las exposiciones a situaciones peligrosas, relacionadas con el trabajo.

Fomenta su participación y creatividad para mejorar y/o embellecer su medio de trabajo, con pocos recursos.
Dales toda la libertad posible, en este aspecto.
Si no te afecta, permíteles hacer cambios constantes.





Características personales

Tu estrés:

El manejo del estrés en relación a tus características personales requiere de honestidad y autoconocimiento.

Cualquier actitud llevada a un extremo, se convierte en una "debilidad", porque te genera estrés e impide buscar la mejor solución a los problemas.

No es fácil y puede causar angustia el reconocer las actitudes, conductas, pensamientos o sentimientos que nos causan problemas y que necesitan ser modificados.
Pero es la única manera de mejorar.

Recuerda que  eres mucho más que una serie de características aprendidas.

Lo importante es ver cuáles te sirven y cuáles no y actuar en consecuencia.
Busca toda la información que necesites.
Lee los artículos sobre 
los obstáculos en nuestro camino y técnicas y soluciones, que pueden ayudarte.

Tus creencias y forma de pensar, pueden estar influyendo en tu actitud y problemas, revísalas.




El estrés en tus empleados:

Castiga la agresividad o la rivalidad excesiva.

No establezcas expectativas inalcanzables porque desmotivas a tu gente.

No te burles de sus defectos.
Si puedes ayúdalos.

Dales capacitación, siempre que puedas.
Con frecuencia la inseguridad se manifiesta como enojo.
No fomentes el perfeccionismo.
Buscar mejorar, es lo adecuado.
Buscar hacer las cosas perfectas, es limitante.




Estresores económicos.

Tu estrés:

Estos estresores son, con frecuencia, los más obvios.

Revisa tu situación real.
¿Cómo estás, no cómo crees que deberías estar?
Este es tu punto de partida.

Si necesitas evaluar la situación de tu negocio, busca a la persona indicada, para que te ayude.
Si no puedes pagarle a un profesional, busca mucha información al respecto y pídele a algún amigo en quién confíes (por su capacidad) que te ayude.

Analiza tus expectativas para ver si están basadas en la realidad.

Con frecuencia nuestros problemas económicos se vuelven mayores, porque son analizados en función de parámetros inalcanzables para nosotros.

Busca la causa de los problemas y las posibles opciones de solución.
Pide ayuda si es necesario.
Recuerda que con frecuencia las decisiones tomadas bajo mucho estrés, pueden no ser las mejores.

Si has estado trabajando en un aspecto y no has obtenido resultados, quizá necesites cambiar tu enfoque o quizás esa situación no está en tus manos solucionarla.

Perder una batalla no significa perder la guerra.
Pero quedar atrapado en una "solución" que no es efectiva, tiene un costo muy alto en tiempo y dinero.

Sobre todo, no cometas el error común de valorarte en función del dinero o de tus éxitos o fracasos.
Esta actitud es aprendida y difícil de cambiar, pero puede ser tu peor enemigo.





El estrés en tus empleados:

En la medida de lo posible págales bien.
Promueve alguna bonificación o premio, por sus logros.
No tiene que ser dinero, pero tiene que ser algo importante para ellos.

No fomentes la inseguridad.
Si tienen dudas, acláraselas.
Si circulan rumores en la empresa, háblalo con ellos.
Evita la ambigüedad e inseguridad respecto a su empleo.


Ir a Vence el estrés laboral (Empleados).

 



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Lic. Silvia Russek.
Lic. en Psicología Clínica.
Especialidad en Terapia de Pareja.
Especialidad en Terapia Cognitiva.
Terapia por Internet. por videoconferencia.
Citas:
e-mail: [email protected]



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Recuerda:

El camino al éxito, está formado por información, acción y perseverancia.
Cada paso, por pequeño que sea, te acerca a la meta.

Tú puedes lograrlo.

Silvia Russek.


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