El origen de nuestras emociones.


El origen de nuestras emociones es algo que todos debemos conocer, para poder manejarlas, expresarlas, disminuirlas y/o eliminarlas, según el caso, para lograr nuestros objetivos y el éxito y bienestar que deseamos.





¿Sabes cuál es

el origen de nuestras emociones?

Conócelo, para poder manejarlas.




"Cuando nuestros pensamientos y sentimientos se entrelazan y los vemos como una sola unidad, adquieren una fuerza tal, que nos dominan y controlan nuestra vida".Silvia Russek.


¿De dónde vienen nuestros sentimientos?


Cuando te preguntan por qué estas enojado, ¿qué contestas?

Generalmente respondemos que la culpa la tiene X persona.
Decimos que Fulano o Zutano, nos hizo enojar.
Pero si esto es cierto, ¿por qué no todos se enojan ante la misma situación o ante las mismas palabras?

Me gustaría que hicieras el siguiente ejercicio.

Imagínate que estás esperando a una persona.
Pasan 10, 20, 30 minutos y ni te habla por teléfono, ni llega.
Y tú, empiezas a pensar:

"Es el colmo".
"¿Cómo es posible, que sea tan desconsiderado/a?"
"Si yo le importara, ya estaría aquí o por lo menos me llamaría por teléfono para avisarme que va a llegar tarde o que no va a venir".
"Es una falta de respeto tenerme esperando tanto tiempo".

¿Cómo crees que te sentirías?
Seguramente enojado/a.

Ahora imagínate, que empiezas a pensar:
"¿Y si le pasó algo?"
"Pudo haber tenido un accidente en el coche".
"O tal vez lo/a asaltaron".
"Con tanta inseguridad que hay en las calles, ¡quién sabe qué le pudieron haber hecho!"

¿Cómo crees que te sentirías en estos momentos?
Posiblemente angustiado/a.

Pero qué pasaría, si después de unos minutos pensaras:
"No, si le hubiera pasado algo, ya me hubiera enterado".
"Lo que sucede, es que cree que puede hacer conmigo lo que quiera".
"Se cree tan importante, que piensa que yo siempre lo/a voy a esperar y siempre voy a hacer todo lo que quiera".
"No es justo".
"No tengo porque aguantar más".

¿Crees que te volverías a enojar?

Como puedes ver, mientras esperabas, sin que hubiera ningún cambio en la situación que estabas viviendo (en la espera), te enojaste, angustiaste y enojaste nuevamente.

Si la situación no cambió ¿por qué crees que cambiaron tus sentimientos?

La realidad es, que no son las situaciones o las personas las que provocan la mayoría de nuestros sentimientos, sino lo que nosotros pensamos sobre dichas situaciones o personas.

Por lo tanto, la mejor forma de manejar las emociones que nos causan problemas, es cambiando los pensamientos que las producen, mantienen o incrementan.




Diferentes tipos de emociones.


Al hablar de emociones, es importante distinguir entre lo que se conoce como emociones:

  • Primarias y
  • secundarias

Las primarias forman parte de nuestro instinto de supervivencia y nos sirven para adaptarnos al medio ambiente y son:

  • Alegría,
  • tristeza,
  • rabia, 
  • miedo,
  • amor y
  • aversión.

Son manifestaciones corporales y mentales.
Son innatas y de muy corta duración.
Generalmente terminan, cuando el estímulo que las provoca, desaparece.

Los sentimientos o emociones secundarias, están formados por una o más emociones y uno o más pensamientos.
Por ejemplo:
Ansiedad, depresión, inseguridad, vergüenza, irritación, esperanza, etc.

Independientemente del estimulo que pudo iniciar la emoción, nuestros pensamientos pueden mantenerla o incrementarla indefinidamente.

Por ejemplo.
La intensidad y duración de la tristeza que sentimos ante la pérdida de un ser querido, dependen del tipo de relación que manteníamos con esa persona, de nuestras características personales, de la forma como murió, etc., etc.

Esta tristeza es una emoción adaptativa, porque, no nos paraliza y nos permite seguir con nuestra vida, pero desactiva parcialmente a nuestro organismo para que, mientras elaboramos nuestro duelo y nos despedimos de esa persona, nos preparemos para la recuperación.

Pero si la tristeza se prolonga indefinidamente o se convierte en depresión, nos aísla del mundo, nos causa problemas con nosotros mismos y con los demás y nos mantiene atados en el dolor.

En estos casos, la causa de nuestro sufrimiento ya no es la pérdida en sí, sino pensamientos como:
"Yo sin él (ella) no puedo ser feliz".
"Era todo lo que tenía".
"Yo solo/a no valgo nada".
"A mi siempre me pasa todo lo malo".
"Nunca voy a volver a ser feliz".
Etc., etc.

Veamos gráficamente una situación similar:

Una persona se pelea con un amigo o con su pareja.


Dado que es una pérdida, la persona se pone triste.


La persona empieza a pensar:
"Nunca voy a volver a tener una relación como esta".
"Yo nunca tengo suerte con las relaciones".


La persona se pone más triste.


La persona se dice a sí misma:
"Yo tengo la culpa".
"No se tratar a la gente".
"Nunca voy a aprender".


Se devalúa y se deprime.



Y así puede seguir indefinidamente.

Si la persona, en lugar de culparse a sí misma, culpara al otro, en lugar de deprimirse, se enojaría con esa persona.
Su conducta en cada caso sería diferente.
Ya que actuamos de acuerdo a nuestros pensamientos y sentimientos.



¿Qué puedes hacer?


Veamos cómo detectar el origen de nuestras emociones.

Es más fácil reconocer nuestras emociones, que los pensamientos que están asociados a ellas.
Por lo tanto, el primer paso es reconocer dichos sentimientos.

Todos tenemos emociones que reconocemos con cierta facilidad y otras que tendemos a negar.
Por ejemplo:
Los hombres, generalmente reconocen con mayor facilidad el coraje y niegan el miedo y la tristeza.
Con las mujeres, generalmente sucede lo contrario.
Esto está relacionado con la cultura y el aprendizaje.

El segundo es responsabilizarnos por ellos.
Es decir, reconocer que sólo nosotros controlamos lo que pensamos, por lo tanto, nosotros somos responsables de lo que sentimos.
Sólo cuando nos responsabilizamos de nosotros mismos, podemos logara los cambios que deseamos.

El tercer paso es la auto-observación y el trabajo personal.

Lleva un diario y anota en él, cada vez que te sientas mal, incómodo, molesto, etc. o que hayas vivido una situación desagradable.
Describe la situación, como te sientes y qué piensas respecto a dicha situación y a ti mismo.

Si te es difícil reconocer los sentimientos y/o pensamientos, escribe el nombre de 5 personas adultas, conocidas tuyas y de tu mismo sexo y pon como crees que cada una de ellas se sentiría en esa misma situación y por qué.
Anota qué crees que cada una de ellas pensaría.

Elige con que sentimientos y pensamientos crees que te podrías identificar.

Revisa el artículo sobre estilos de pensamiento equivocados y analiza con cuales te identificas, para que puedas cambiar aquellos que te provocan emociones inadecuadas que te hacen sufrir innecesariamente.





Si tienes algún problema y necesitas terapia, consúltame.

Con gusto te puedo ayudar.

Lic. Silvia Russek.
Lic. en Psicología Clínica.
Especialidad en Terapia de Pareja.
Especialidad en Terapia Cognitiva.
Terapia por Internet. por videoconferencia.
Citas:
e-mail: [email protected]



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Recuerda:

El camino al éxito, está formado por información, acción y perseverancia.
Cada paso, por pequeño que sea, te acerca a la meta.

Tú puedes lograrlo.

Silvia Russek.




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