El conocimiento de uno mismo nos permite descubrir todo nuestro potencial y nuestros verdaderos deseos y necesidades, para poder satisfacerlos y así, ser felices.
¿Te conoces a ti mismo?
¡Hazlo! Es sumamente importante.
|
El conocimiento de sí mismo.
Cada vez es más frecuente escuchar sobre la importancia de conocernos a nosotros mismos.
¿Por qué?
Porque sólo si nos conocemos, podemos saber lo que realmente queremos hacer y lograr en la vida. Si lo hacemos, vamos a estar conscientes de qué es lo que puede darle a ésta, un sentido y un significado y al saberlo, vamos a poder dárselo, para ser plenamente felices.
Además, para lograr lo que deseamos en la vida, necesitamos saber de donde partimos y con qué contamos. Saber en qué nos podemos apoyar y qué debemos modificar.
El conocernos a nosotros mismos nos ayuda, también, a controlar nuestras emociones y pensamientos negativos, en lugar de ser controlados por ellos, a desarrollar aquellas habilidades que no tenemos y a corregir nuestros errores y defectos, por lo menos, en gran parte.
Nos permite, además, entender por qué nos comportamos de determinada manera y por qué hay cosas y personas que nos afectan significativamente, mientras que otras nos dejan indiferentes, independientemente de su importancia y comportamiento.
Por otro lado, el no conocernos, puede hacer que gastemos nuestro tiempo y energía en tratar de lograr cosas y relaciones que realmente no nos llenan ni nos dan satisfacción, pero que vamos tras de ellas, porque es lo quehacen otras personas.
¿Qué significa autoconocernos?
Conocernos a nosotros mismos, significa saber y comprender cuáles son:
· nuestras cualidades y defectos,
· nuestros puntos fuertes y los débiles,
· las emociones que podemos manejar y las que nos cuestan más trabajo,
· nuestros obstáculos internos y de dónde vienen,
· nuestros valores, intereses y creencias personales,
· las experiencias que nos han marcado,
· nuestras expectativas, sueños, deseos y objetivos y
· a qué le tememos y qué nos motiva a actuar.
Es importante estar conscientes de que, a pesar de que es tan importante conocernos a nosotros mismos, nadie lo logra en su totalidad y, además, día a día, a medida que vamos viviendo nuevas experiencia, vamos cambiando, madurando y creciendo emocional, psicológica y espiritualmente. Por lo tanto, nuestra meta no puede ser conocernos totalmente, pero si lo mejor posible e ir actualizando dicho conocimiento.
En busca del autoconocimiento.
Conocernos a nosotros mismos es una labor de toda la vida, pero se puede volver algo automático, cuando aprendemos a observarnos y a analizarnos en los momentos importantes. Al hacerlo, nos enriquecemos personalmente, se favorecen nuestras relaciones y mejoran los resultados de nuestras acciones.
Para lograrlo debemos:
· Observarnos.
· Contactar con nuestros sentimientos, reconocerlos y aceptarlos.
· Descubrir nuestros pensamientos y
· analizar nuestras reacciones automáticas y nuestras conductas, en general.
Una vez hecho todo esto, debemos aceptar todo lo que hemos visto. pensado y sentido, sin juzgarlo, ni devaluarnos o criticarnos por ello, aun si algo no nos gusta.
En segundo lugar, entender en dónde y cómo lo aprendimos, reconociendo que ya no somos esos niños o personas que adquirieros o hicieron propias esas actitudes, valores, respuestas, creencias, etc. y que ahora podemos manejarnos de una manera diferente. Porque somos más fuertes y capaces y tenemos más consciencia y herramientas.
Sin embargo, es necesario tomar en cuenta que no es fácil conocernos, porque cuando tratamos de hacerlo, nos encontrarnos con varios obstáculos:
· Nuestra propia subjetividad e imparcialidad,
· La tendencia a justificarnos, para evitar sentirnos culpables.
· El no estar acostumbrados y por lo tanto no saber hacerlo.
· El miedo a encontrar algo que no nos guste.
· Buscamos las respuestas, fuera de nosotros.
Analiza los diferentes obstáculos y trabaja sobre aquellos que te puedan estar afectando.
¿Qué podemos hacer?
Aprender a aceptarnos, sin juzgarnos, criticarnos y mucho menos devaluarnos cuando encontremos algo que no nos gusta, entendiendo que es normal tener aspectos positivos y negativos y que estos últimos, los podemos mejorar o corregir.
Perdonarnos por aquellos actos y situaciones que mantienen sentimientos de culpa y enojo hacia nosotros mismos.
No formar nuestra autoimagen en función de la opinión de los demás, porque la gente no nos ve como realmente somos, lo hace a través del cristal de sus propios valores, necesidades, gustos, subjetividad, proyecciones, etc.
Aceptar que somos únicos, porque aunque estamos formados por las mismas emociones, creencias, valores, experiencias, aprendizajes, etc. parecidos a los de los demás, la combinación y forma en que los hemos vivido, nos hace distintos a todos los demás. (Cómo con las caras. Todos tenemos ojos, nariz, boca, mejillas, etc., pero cada quien es diferente). Por lo tanto, podemos querer aprender algunas cosas de otras personas, pero no tenemos porque querer ser como alguien más.
Es necesario que mantengamos una autoestima elevada, porque, si actuamos de acuerdo a lo que queremos y en ocasiones puede ser en contra de lo que piensa la mayoría, podemos ser criticados. Con una buena autoestima, sabemos que la opinión de los demás, no necesariamente es mejor o más valiosa que la nuestra y que la crítica, no es más que un conjunto de palabras, que únicamente tiene el valor que nosotros le damos.
Aprovechar la información que obtenemos al conocernos mejor, para luchar por nuestras metas y deseos, obtenerlos y lograr nuestro bienestar y felicidad.
Psic. Silvia Russek.
Lic. en Psicología Clinica.
Diplomado en Terapia de Pareja.
Especialidad en Terapia Cognitiva.
Terapia por Internet. por videoconferencia.
Citas:
e-mail: [email protected]
Visita el blog mi bienestar
haciendo click en la foto:
¿Sobre qué temas te gustaría leer?
Tu e-mail no queda registrado, por lo que no vas a recibir respuesta.
¿Puedes calificar este artículo, por favor?
Tu e-mail no queda registrado, por lo que no vas a recibir respuesta.
Recuerda: |